Prof. GABEL DANIEL SOTIL GARCÍA, FCEH - UNAP
Típico caserío amazónico con abundancia de recursos que debemos aprender a apovechar racionalmente |
Los mejores productos que de dicho
modelo hemos obtenido son:
-
la sobre-explotación de algunos recursos forestales,
-
la deforestación y la consiguiente degradación de nuestro
suelo,
-
la contaminación de ríos, quebradas y cochas,
-
la extinción de algunas especies faunísticas,
-
la degradación de algunos ecosistemas particulares.
-
Etc.
Estos, en lo ecológico.
En lo social, sus consecuencias son:
-
la lenta, pero indetenible,
destrucción de nuestra grandiosa riqueza espiritual constituida por la
diversidad étnica y lingüística,
-
la malnutrición, que en nuestra niñez avanza como un
monstruo devorador, dejando terribles secuelas, orgánicas y psíquicas,
-
la morbimortalidad materno-infantil, que se sigue incrementando,
-
en general, la pobreza que, en una especie de círculo vicioso,
es causa de mayor pobreza.
Estas
consecuencias no son sino el producto natural de la lógica cultural que ha
venido imponiéndose en nuestra región en dicho lapso.
La acuicuiltura debe ser promovida aprovechando nuestros ingentes recursos hídricos |
Sin embargo, es interesante notar que
esta práctica exportadora y destructiva de nuestro ambiente ha venido siendo
adecuadamente encubierta ante los ojos de quienes vivimos en esta región,
creándonos una falsa imagen de ella,
mediante la difusión de una serie de mitos
ideológicos, que han generado diversas relaciones
tergiversadas con nuestra región.
Por todo ello es que se hace
impostergable la vigencia de un nuevo modelo de desarrollo: el desarrollo sustentable, que tiene
que ser el fruto de una nueva ética
que se ponga en vigencia en las relaciones con nuestro bosque.
En el marco de este nuevo modelo,
inspirado en lo más lúcido de la creación indígena, el énfasis tiene que ser
puesto en el valor de nuestras fuerzas psicosociales internas, cuya
movilización tiene que ser promovida para buscar mejores condiciones de vida
social.
En este nuevo modelo de desarrollo,
deberemos enfatizar el rol del hombre, como individuo y como grupo organizado,
en cuyas fuerzas psicosociales radican las posibilidades de lograr mejores
niveles de satisfacción de nuestras necesidades.
Es a esto lo que llamamos autodesarrollo, en cuyo marco
conceptual la ayuda externa, el capital foráneo y transnacional, no es la condición sine qua non para
lograr nuestros propósitos sociales.
Con la vigencia del modelo de
desarrollo sustentable o sostenible, será posible:
-
el uso racional de nuestros recursos naturales,
-
la protección de nuestro ambiente ecológico,
El aprovechamiento de nuestros recursos debe hacerse con criterios de sustentabilidad |
- el fortalecimiento de nuestra identidad cultural,
- la práctica del diálogo intercultural,
- nuestro protagonismo en las decisiones y acciones de
trascendencia social,
- el fortalecimiento de nuestras fuerzas psicosociales,
-
etc.
Pero,
poner en vigencia este modelo de desarrollo
requiere no sólo de buenas intenciones, como las que expresamos en este
documento, sino, fundamentalmente, acertadas decisiones que, a nuestro
entender, tienen que comenzar en el campo educacional.
Y tienen que comenzar, precisamente,
con una educación ambiental bien
planteada.
Y una educación ambiental bien
planteada significa educarnos para aprovechar nuestra diversidad ecológica y
paisajística, sin destruirla. Educarnos para el uso racional de nuestros
recursos naturales. Educarnos para tener un profundo conocimiento de nuestro
entorno. Educarnos para preservar nuestra pluriculturalidad.
Artesanía: aprovechamiento racional de nuestros recursos. |
Y la destrucción de los mitos
ideológicos.
Allí tienen que aprender nuestros niños
a apreciar la naturaleza, a disfrutar de sus manifestaciones vitales, a
respetar sus leyes, a protegerla de la agresiones. Allí tienen que comenzar,
como consecuencia de actividades convenientemente programadas, a comprometerse
con la defensa de su ambiente. A tener conciencia de que ellos son parte
conformante del mismo y que las condiciones de su ambiente repercuten sobre su
salud personal y grupal.
Allí tienen que comenzar a descubrir
las leyes que rigen la dinámica de nuestro bosque. Sus componentes, sus
interrelaciones, su significado trascendente.
Allí tienen que aprender que es
necesaria una relación armoniosa. Y que esa relación armoniosa tiene que
expresarse en comportamientos individuales y sociales coherentes.
Comportamientos de aprecio y defensa de cuanta manifestación de la naturaleza
existe. Que una avecilla, una mariposa no existen para perseguirlas y
destruirlas.
Pero, allí también los niños deben
aprender a mirar y descubrir los problemas que afectan a nuestro ambiente,
problemas que no son originados en las leyes propias que lo gobiernan, sino en
comportamientos inadecuados vigentes en nuestra actual sociedad, de donde ellos
los aprenden en forma espontánea, por efecto de mostración social.
En el marco de la educación formal,
nuestros educandos deben formarse en el análisis de tales comportamientos, que
son los que causan la contaminación de las aguas de ríos y cochas, la tala
indiscriminada de nuestros árboles, la defertilización de nuestro suelo, el
irracional uso de nuestros recursos naturales, etc.
Esta toma de conciencia posibilitará
que ellos se incorporen a los agentes entre quienes radica la solución de tales
problemas. Es decir, que asuma responsabilidades individuales y sociales en la
conservación de un ambiente propicio para nuestro desarrollo social.
Sensibilizar a nuestra niñez y juventud
en la problemática ambiental, debe ser componente fundamental de su formación
como parte de la estrategia para que devengan en activos promotores de la
conservación de su ambiente, a partir de la práctica de comportamientos
positivos para tal fin.
Ø Muchos de los
problemas ambientales, los más graves en nuestra región, tienen su causa en el
modelo de desarrollo extractivo-mercantilista de carácter exportador, impuesto
a nuestra región para servir intereses de las castas dominantes.
Ø En la vigencia de
este modelo, la educación desempeñó y
viene desempeñando un rol de primerísima importancia.
Ø Para superar
estos graves problemas es necesario reemplazar dicho modelo por el del
desarrollo sostenible.
Ø La puesta en
vigencia de este nuevo modelo de desarrollo, por lo tanto, requiere de la
intervención de la educación, pero no de la actual, sino de una nueva
educación.
Ø Para ello será
necesario hacer de la educación un instrumento para crear las condiciones
psíquicas que posibiliten la vigencia del desarrollo sustentable.
Ø Por lo tanto, la
educación ambiental tiene que ser concebida como un instrumento para servir los
intereses amazónicos más trascendentes:
§ Preservación de
su riqueza ecológica y paisajística,
§ Defensa de su
patrimonio cultural y lingüístico,
§ Fortalecimiento
de su identidad pluricultural, y
§ Su
descolonización político-ideológica y psicológica.
(*) Artículo tomado de :"EL HOMBRE Y EL BOSQUE, lecturas para la educación ambiental amazónica".
Imp. gráfica Daniela. Iquitos. 2001.
Libro del autor.
Imp. gráfica Daniela. Iquitos. 2001.
Libro del autor.
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