CELEBRANDO NUESTRA RIQUEZA ESPIRITUAL

09 de agosto: “Día internacional de los Pueblos Indígenas”

Prof. Gabel Daniel Sotil García

Niños indígenas que esperan ser reconocidos y respetados 
por lo que son a partir de una educación que nos 
forme en dichos valores.

 La “Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas” (*) inicia su argumentación para fundamentar tal decisión expresando:

“Afirmando que los pueblos indígenas son iguales a todos los demás pueblos y reconociendo al mismo tiempo el derecho de todos los pueblos a ser diferentes, a considerarse a sí mismos diferentes y a ser respetados como tales,

Afirmando también que todos los pueblos contribuyen a la diversidad y riqueza de las civilizaciones y culturas, que constituyen el patrimonio común de la humanidad,…”

Caserío de un pueblo indígena que conforma 
nuestra riqueza espiritual amazónica.

Premisas que, si bien son absolutamente válidas teóricamente para todas las sociedades, en esta región y país, sin embargo, no tienen todavía concreciones en la dinámica sociocultural consuetudinaria de la cultura hegemónica: la mestiza. Pese a los reclamos reivindicativos de los propios Pueblos Indígenas amazónicos, los Foros realizados en el nivel mundial, las Declaraciones, como la que comentamos, aún es muy poco lo que hemos avanzado al respecto.

Hablar de los Pueblos Indígenas en nuestra región aún es hacer referencia  a mundos culturales ajenos, a pesar de que, en los años recientes, se viene enfatizando sobre su existencia, su importancia, su reconocimiento. La educación formal aún sigue siendo excluyente respecto a ellos. En las instituciones educativas mestizas se sigue difundiendo, por acción y por omisión, una serie de prejuicios acerca de esta riqueza espiritual que tenemos en esta región.

Con sus propios patrones culturales, los pueblos
indígenas son poseedores de una gran riqueza
espiritual que debemos aprender a valorar.

Reconocer su existencia, su derecho a ser como son social, cultural, psicológica y espíritualmente; valorar sus creaciones culturales prácticas, lingüísticas, los conocimientos de su entorno generados  en el contacto con sus ambientes particulares, debe ser una meta que debemos plantearnos como uno de los logros sociales de mayor jerarquía en esta región en la cual encontramos la mayor diversidad de pueblos cuyos integrantes merecen nuestro mayor respeto.

En este sentido, nuestra universidad, a través de quienes la conformamos, debemos dar muestras de lucidez, de responsabilidad, de compromiso para con los destinos superiores de nuestra región, país y humanidad formando a sus planas docente y discente en el disfrute de nuestra grandiosa riqueza espiritual.

(*) ONU, Asamblea General, 07 -09-2007.