El Amazonas, maravilla natural del mundo
Prof.
Gabel Daniel Sotil García
Escenario en donde se llevó a cabo parte de las ceremonias con motivo de la declaración de nuestro GRAN RÍO como "Maravilla natural" |
Con
un hermoso espectáculo para nosotros, el país y el mundo, nuestro Gran Río, el
Amazonas, acaba de ser reconocido como una de las maravillas naturales que
conforman este planeta. Nos hemos
alegrado, nos hemos emocionado, al ver una muestra de nuestra grandiosa riqueza
cultural creada por los pueblos indígenas y mestizos teniendo como telón de
fondo existencial, esa esplendorosa creación natural que es, precisamente, NUESTRO
RÍO, recorriendo imperturbable ese tesoro, aún no descubierto por nosotros, que
es el BOSQUE AMAZÓNICO.
El
sentirnos creadores de cultura y aportantes a la riqueza de la humanidad,
fortalece nuestra autoestima y propicia la vivencia de un profundo orgullo de
pertenencia a esta pléyade de pueblos que, desde la noche de los tiempos
forestales, aprendieron a responder con coherencia a los retos impuestos por
sus respectivos entornos vivenciales, en los cuales decidieron establecerse
para hacer su vida comunal.
La majestuosidad de nuestro Amazonas reconocida por la comunidad mundial |
Con
una profunda convicción en sus logros culturales: idiomas, creencias, prácticas
de vida, arte, religión, formas organizativas, etc., pese a las agresiones de
las que son objeto, tanto los pueblos originarios como los mestizos, de
reciente llegada a estos lares, todos ellos vienen persistiendo en su propia
ruta cultural, que es la que, en parte hemos mostrado, tanto a nosotros mismos
como a los foráneos, haciendo alarde de nuestra grandiosidad creativa durante
la ceremonia con la cual hemos ungido a nuestro GRAN RÍO y a su BOSQUE, en el
que se sustenta, como MARAVILLA NATURAL.
Bien
por ello, pues ahora mucha más gente, más pueblos, más países sabrán que hay,
en la inmensa superficie terráquea, un espacio, un escenario en el cual una colosal
yacumama se desliza por las entrañas de
un bosque prodigioso en el cual muy diversas culturas vivimos creando nuestra propia
historia, impulsando nuestras propias trochas espirituales; selva que merece
ser conocida para elevarnos hasta los límites de lo sublime disfrutando de los
esfuerzos de sus pueblos por ser respetados por lo que son.
Sin
embargo, la euforia que nos embarga por este hecho no debe obnubilarnos
respecto a las obligaciones morales que, por vivir en estos esplendentes y
promisorios espacios, nos corresponde respecto a la formación de actitudes y
valores desde cuya práctica en nuestra actuación social posibilite asegurar su
continuidad en el tiempo y el espacio.
No
debe bastarnos el aumento de turistas hacia nuestra región, pues, si bien es un
logro que debemos conquistar con la oferta de lo que la naturaleza nos ha
dotado, es mucho más necesario que dirijamos nuestros esfuerzos al
conocimiento, la conservación y la defensa de este prodigio llamado Amazonía.
Nuestra vida ligada al río es una de las características más saltantes en nuestra región. |
No
podemos ignorar que esta región, con ser la de mayor cobertura geográfica en
nuestro país, es totalmente marginada de la intencionalidad formativa que se
expresa en los contenidos curriculares que el Ministerio de Educación
selecciona para que sean objeto de aprendizaje por la niñez y juventud
peruanas. Este inmenso vacío no expresa sino obsoletos prejuicios respecto a
nuestra región, considerada importante sólo por las “materias primas” que
posee. Al margen de las instituciones educativas de nuestro país quedan sus
pueblos, su historia, su dinámica creativa milenaria, su vocación forestal, las
graves agresiones jurídicas, políticas, religiosas, etc. de las que ha sido y
sigue siendo objeto hasta el presente, con lo cual se comete la más grande
injusticia contra nuestra región. Ojalá que sus funcionarios se den cuenta,
ahora, que de la selva tenemos mucho que aprender todos los peruanos para
superar los obsoletos prejuicios que aún siguen inspirando muchas de sus
decisiones.
Tampoco
podemos ignorar que, internamente y pese a tener la oportunidad de hacer de su
realidad, compleja y diversa, objeto de conocimiento, análisis, reflexión y
creación, hasta hoy no nos hemos atrevido a romper el cordón umbilical de
nuestra dependencia respecto al Ministerio de Educación, que nos impone los
contenidos educativos decididos con la lejanía, indiferencia y hasta
desconocimiento de sus especialistas.
No
debemos insistir en el error de enorgullecernos de lo que no conocemos.
Nuestros sentimientos, nuestros afectos, deben enraizarse como los renacos en
las tahuampas, en los cantos de las cochas.
Asumamos
a esta declaratoria de “maravilla natural” con coherencia intelectual,
afectiva, vivencial.
La belleza paisajística, abundante en la unidad que conforma el Amazonas con el bosque por donde discurre, es un deleite espiritual. |
Ojalá
que nuevas decisiones de política educativa se tomen sin banalidad, con la más
férrea responsabilidad, por parte de las autoridades regionales y sectoriales
concernidas, teniendo en cuenta que es la Escuela la institución que debe
ponerse a la vanguardia de la promoción del verdadero significado del bosque,
de sus características, de sus potencialidades y limitaciones. Allí el niño
debe adquirir una imagen real de lo que es su entorno; pero, también, debe
aprender a amarlo tal como es, para que en su actuación social genere
comportamientos en su defensa.
De
lo contrario, esta maravilla natural seguirá siendo la GRAN MARAVILLA
DESCONOCIDA en un indetenible proceso de destrucción.
(*) Art. publicado en semanario KANATARI, Iquitos, 19-08-12 (www.ceta.org.pe)
1 comentario:
Tuve oportunidad de ir a la selva y quedé encantada, con la gente, con los relieves, con todo; un muy buen viaje para repetir :))))
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