Notas para una reflexión
Gabel Daniel Sotil
García
Las unidades sociodemográficas amazónicas poseen su propio potencial geográfico, ecológico y psicocultural. |
Un
componente fundamental en la construcción de nuestras REGIONES es la necesaria
reflexión que sobre ellas debemos hacer, sea a la luz de las experiencias históricas
colectivamente vividas, sea referida a algún aspecto de su realidad actual. Es
decir, la normatividad jurídica declarando la existencia de una REGIÓN
determinada es necesaria pero no suficiente para dicha construcción.
En
este sentido, somos de la opinión de que, si bien es verdad que también se
construye la entidad Región en el vivir cotidiano, el producto de esta forma de
construcción no necesariamente garantiza el logro de propósitos compartidos ni
la participación consciente de los miembros de la colectividad en dicho proceso
de construcción, por lo que el protagonismo auto reconocido que cada uno debe asumir, se diluye en el actuar
anónimo de la cotidianeidad irreflexiva.
Por
ello, someter a la reflexión nuestras vivencias colectivas, sobre todo en los
ambientes académicos, nos proporciona una mayor claridad en dicho sentido así
como una mayor solidez en nuestras convicciones sociales.
A la niñez amazónica debemos llegar con mensajes nítidos acerca de lo que somos y podemos ser. |
Veamos
el caso del proceso histórico de nuestra región en el aspecto político – administrativo.
La
población indígena nunca aceptó ni la dominación colonial ni la
republicana. De mil formas expresó su rechazo y jamás se rindió ante el
yugo opresor, franco o embozado, ejercido por los misioneros, inicialmente; por
los funcionarios coloniales, después; y por militares y empresarios, últimamente. Agentes que, en sus
respectivos momentos, fueron objeto de la repulsa de los Pueblos Indígenas,
desde el mismo Siglo XVI, configurándose esa gesta social heroica denominada
“Resistencia Indígena”, que hasta hoy se manifiesta con mayor organización y
claridad de objetivos.
Por
su parte, la población mestiza, en la medida de su gradual toma de conciencia
de su situación marginal respecto al usufructo del poder, expresó su
descontento reclamando mecanismos
administrativos más racionales al servicio de las mayorías afectadas por el
despojo, el olvido, la marginación, etc.
Por
ello es que podemos constatar sucesivas acciones de rechazo al sistema
imperante desde el siglo XIX hasta la actualidad: unas de franca esencia
federalistas, otras separatistas y hoy, regionalistas, que han venido
expresando la raigal actitud ANTICENTRALISTA
de la población amazónica.
Pero,
por cierto que nuestras responsabilidades deben ir más allá de la simple
posición opositora. Ellas tienen que centrarse, en el futuro inmediato, en la
construcción de nuestras respectivas REGIONES: Loreto, Ucayali, Madre de Dios,
San Martín, no sólo en la formalidad legal o nominativa, que ya la hemos conseguido, sino en la
búsqueda de una forma de ser REGIÓN concordante con nuestras características
actuales e históricas, nuestra pluriculturalidad, nuestra forestalidad,
nuestras necesidades sociales, nuestra idiosincrasia, etc.
El respeto por la personalidad forestal no implica el desconocimiento de las posibili- dades agronómicas que debemos aprovechar. |
Por
lo cual requerimos comunidades con un
referente nítido en su mente, que les permita identificarse con la historia
común, con la realidad actual que nos desafía por igual en el deber moral de
modificarla respetuosamente, sin violentarla,
para bien de todos, y con un
futuro compartido en cuya construcción tenemos todos, indígenas y mestizos,
iguales responsabilidades.
Construirnos como regiones amazónicas implica asumir
colectivamente nuestra diversidad cultural, nuestra esencial forestalidad,
nuestro pasado común, nuestro compromiso de compartir armónicamente el poder
entre todos los Pueblos que habitamos esta región; es aceptarnos como el
espacio de grandiosas potencialidades, que aún no conocemos a plenitud, pero
que debemos dinamizar; percibirnos como regiones privilegiadas por la presencia
prodigiosa de infinidad de ríos, condición
que aún no aceptamos ni aprovechamos adecuadamente para nuestro
desarrollo; es reconocer en cada
comunidad la existencia de sólidas fuerzas psicosociales capaces de ser
dinamizadas para generar su propio desarrollo; es aprender a valorar y utilizar
nuestro potencial hídrico; es aprender a
mirar al mundo desde nuestro bosque portentoso. Es, en fin, construirnos
una identidad multicultural que debe concretarse diferencialmente en cada uno
de los Pueblos que hoy conformamos esta grandiosa región, cuya vocación es la
de seguir creando diversidad biológica y cultural, a menos que nosotros interfiramos tales designios.
Nuestro potencial hídrico es una de las ventajas que debemos aprender a aprovechar óptimamente. |
Asumir
la AMAZONEIDAD como particularidad de la PERUANIDAD es aceptar que
debemos construir nuestros futuros regionales enraizados en nuestras gestas
creativas milenarias, que tenemos el deber de aprender a valorar. Es reconocer
y asignar a cada uno de nosotros, como personas y como pueblos, el rol
protagónico en la creación de condiciones cada vez mejores para hacer de
nuestras vidas, en lo individual y lo social, un emporio de riquezas
espirituales con aportes culturales diversos.
Construirnos
como región es, pues, el reto fundamental que debemos afrontar los gobiernos regionales
y pueblos hoy existentes en la Gran Región Amazónica: LORETO, UCAYALI, SAN
MARTÍN, MADRE DE DIOS, AMAZONAS, como la consecuencia más trascendente de
nuestro actuar político-administrativo a largo plazo. Pueblos que deben
aprender en forma permanente a actuar constructivamente; para lo cual se
requiere la toma de conciencia, entre otras, del respectivo proceso histórico,
para entender no sólo su dinámica sino, también, su orientación y asumir una posición y un rol
activo, constructivo, dentro del mismo.
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