Prof.
Gabel Daniel Sotil García
En la búsqueda compartida tanto en la propia realidad como en las fuentes bibliográficas tienen que fundamentarse los pilares para la mejor calidad de los servicios formativos de la UNAP. |
En
los actuales momentos, dadas las evidencias que tenemos de los avances
humanistas, científicos y tecnológicos en las diversas sociedades que forman
parte de nuestra especie, es imposible dejar de tomar conciencia de la
importancia que tiene la educación superior.
Hay
ya suficientes constataciones de que de su calidad depende la calidad del desarrollo sociocultural y económico de
dichas sociedades así como la construcción del propio futuro social y personal,
que son los criterios que sirven de referentes para la preparación de las
nuevas generaciones con nuevos conocimientos,
capacidades e ideales. Lo cual tiene manifestaciones concretas en diversos países de nuestro planeta.
En consecuencia, concretar
una educación superior de calidad tiene que ser una de las preocupaciones de
mayor prioridad en una institución dedicada, precisamente, a la formación del
potencial profesional, como lo es la Universidad Nacional de la Amazonía
Peruana – UNAP, en la plena conciencia de que este logro no es un fin en sí
mismo sino un instrumento que le permite dar las respuestas coherentes a los
desafíos que le plantea su entorno tanto físico como cultural en el cual
desarrolla su actuación institucional.
Nuevas actitudes frente a la propia formación tienen que ser inducidas en la población estudiantil de la UNAP. |
Ubicada
en el corazón mismo de la selva, que actúa como un núcleo irradiante desde la
interioridad del bosque amazónico, la UNAP no sólo ha sido una institución en
acción, sino que pretende hacer de ella un motivo de reflexión que le permita
construirse caminos de actuación con trascendencia social para seguir en una
constante ruta de mejoramiento institucional, inspirados en el anhelo
permanente de servir mejor tanto a la juventud que nos confía su formación como a la compleja y diversa realidad en la
que nos situamos.
Este propósito es el que se
expresa en el documento MODELO EDUCATIVO DE LA UNAP(*), que acaba de ser
publicado, en el cual se manifiesta nuestra vocación de ser una institución que
aprende de su propia experiencia en intercambio permanente con su entorno, en
lo que hoy día se denominan instituciones inteligentes, pues actuando con
reflexión, autocrítica y actitud
propositiva, expresa su decisión de incorporar nuevos criterios que se están
generando en los escenarios de las nuevas doctrinas socio-pedagógicas y
filosófico-educativas, que nos van permitiendo reconceptualizar la naturaleza y
operatividad curricular en la formación
profesional.
Fortalecer la formación teórica con una intensa práctica de los aprendizajes |
Elaborado a lo largo de más
de un año de trabajo colaborativo e intercambio fructífero de un equipo de
especialistas de nuestra propia universidad con los directores de escuela y
decanos, el documento mencionado fue aprobado por el Consejo Universitario con
la finalidad de contar con un documento orientador y normativo, en el que se
exprese “…la síntesis diagnóstica y
filosófica que le permite definir y fundamentar sus intencionalidades
educativas más relevantes, para orientar con coherencia y pertinencia sus
procesos de enseñanza en las áreas básica, formativa, de especialidad y
complementaria”, según lo expresado en la introducción de dicho documento.
Tengo entendido que es esta la primera vez que las
autoridades universitarias expresan un propósito sistematizador de esta
naturaleza, que nace de la plena toma de conciencia de que “… la UNAP requiere la redefinición de
políticas, planes, programas, visiones orientadoras, currículos, capacidad de
gestión y sobre todo, un compromiso con la innovación y la transformación
profunda y abarcadora”, tal
y como se expresa en las palabras que el rector consigna en el mencionado
documento.
Sus dos componentes, El
Modelo Educativo y El Modelo Académico, ensamblados con coherencia teórica,
expresan la decisión de dotar a nuestra universidad de la necesaria coherencia
externa que nos posibilite el logro de superiores respuestas a los
requerimientos de nuestro entorno geo-ecológico y socio-cultural, cuyas
peculiaridades deben ser tomadas como desafíos a nuestra institución,
asumiéndolos desde el trabajo académico, investigativo y de proyección que
evidencie una renovada forma de concretar nuestra responsabilidad social.
Pero, es necesario
puntualizar que esta coherencia con la comunidad en general, el sector
empresarial, la diversidad cultural y la riqueza ecobiológica que debemos
fortalecer a partir de los lineamientos contenidos en este documento, no será
posible lograrla si en la interioridad institucional no logramos los consensos
cognoscitivos y actitudinales que toda obra de trascendencia requiere.
Construir, cotidianamente, una atmósfera estimulante para la formación profesional es un reto tanto de docentes como de estudiantes. |
En resumen, este documento
expresa, a plenitud, que estamos en capacidad de mirar a nuestro futuro con
plena confianza por ser una institución de educación superior capaz de
autoanalizarse, reflexionar y aprender de sí misma y proponerse nuevas metas de
cambios cualitativos en concordancia con sus responsabilidades de mayor
trascendencia, pues el futuro nos ha de exigir nuevos comportamientos institucionales para abordar nuestra
realidad, sobre todo regional, que comienza a ser percibida desde nuevos
parámetros.
(*)
Universidad Nacional de la Amazonía
Peruana. Modelo educativo de la UNAP. Inversiones Shankata EIRL. Iquitos. 2013. 88pp.
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