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Iquitos, Loreto/Maynas , Peru
- Nací en el departamento Ica, Provincia Palpa, Distrito Río Grande, Caserío "San Jacinto", 1941. Egresado de la UNM "SAN MARCOS", Facultad Educación, especialidad de Filosofía y Ciencias Sociales, Docente Facultad Ciencias de la Educación y Humanidades-UNAP. Colaboro en: - Diversas revistas que se publican en Iquitos DISTINCIONES •PALMAS MAGISTERIALES, Grado de Maestro •PREMIO NACIONAL DE EDUCACIÓN “HORACIO”, 1991, Derrama Magisterial. •PREMIO NACIONAL EDUCACIÓN, “HORACIO”, 1992, Reconocimiento Especial •DIPLOMA RECONOCIMIENTO DE LABOR POR PUEBLOS INDÍGENAS- AIDESEP •PREMIO NACIONAL I CONCURSO NACIONAL LIT. INFANTIL, ÁREA EXPR. POÉTICAS, MED •RECONOCIMIENTO MÉRITO A LA EXCELENCIA Y PRODUCCIÓN INTELECTUAL -UNAP. . Reconocimiento con la distinción "LA PERLITA DE IQUITOS", UNAP (2015), Reconocimiento por SEMANA DEL BOSQUE, Sub-Ger. Prom. Cultural, GORE LORETO., Condecorado con orden "CABALLERO DEL AMAZONAS" por el GORE LORETO (06.07.16), condecorado con la orden "FRANCISCO IZQUIERDO RÍOS", Moyobamba, San Martín (24-09-2016). Palmas Magisteriales en grado AMAUTA (06-07-17) MINEDU. DIPLOMA DE HONOR, por Congreso de la República. 21-03-2019

domingo, 4 de agosto de 2013

RETRATO DE UN GRAN MAESTRO

Por Ana Ríos

A Gabel Sotil

¡Conspiración!

Escuchábamos el término, y al unísono, todos los estudiantes de Lengua
y Literatura nos reuníamos en el salón para llevar a cabo la reunión
de coordinación y diálogo interno. No eran las asambleas de las
guerrillas, nada de eso, simplemente tomábamos los personajes de La
fiesta del Chivo, la obra de Vargas Llosa, conocidos como «Los
conspiradores», y los estudiantes universitarios debatíamos los
problemas que apremiaban.

Eran tiempos convulsos, se habían instaurado los llamados «claustros
plenos». En Lima se convocaba al movimiento por la Segunda Reforma
Universitaria, y en las provincias resonaba el mismo eco. Un delegado
por aula era la consigna para instaurar los claustros plenos.

Tiempos de movilizaciones estudiantiles, donde cada salón sesionaba a
nivel interno, y luego las propuestas eran llevadas a la reunión
ampliada, al claustro pleno. Allí, en auditorios repletos, los
estudiantes, entre otras cosas, exigíamos una educación de calidad,
llegando a conformar la Comisión de Vigilancia y Fiscalización.

«Conspiración», era la llamada interna cuando necesitábamos reunirnos
de emergencia, por algún problema generalmente académico. Ni bien
terminaba algún curso, aprovechábamos los siguientes minutos para
conversar. En más de una ocasión, la reunión se extendía más de diez
minutos y el siguiente docente nos encontraba debatiendo.

Entonces, de manera parsimoniosa, un docente hacía su ingreso al aula.
Lo teníamos frente a nosotros, y contrario a lo que pensábamos, que
podría llamarnos la atención, permanecía imperturbable, aguardando en
silencio. Obviamente quienes direccionábamos la reunión nos sentíamos
un poco incómodos por tener que «robarle» algunos minutos y solo
atinábamos a pedirle disculpas con lenguaje gestual.

Más de una vez fuimos testigos de algunos docentes que hostilizaban a
los dirigentes universitarios, de ellos tomábamos distancia. Pero este
maestro, nos sorprendía, jamás se interpuso en los espacios de
diálogo, su solemnidad en el aula casi nos brindaba un aire de
complicidad, generándonos mayor respeto hacia su persona. Y cuando
concluíamos, luego de tomar los acuerdos, retomaba su clase de la
manera más cordial. Puedo afirmar que además de la docencia, nos dio
lecciones de democracia.

Entonces el maestro volvía a sus enseñanzas con mayor brío. Por
primera vez los estudiantes universitarios que influidos por la
normativa aspirábamos llegar a ser «cultos», escuchábamos una voz
divergente: no existe pueblo inculto, todos los pueblos del mundo tienen
cultura.

No más una educación hegemónica, centralista, sino una educación
pertinente para la Amazonía. Reflexiones que buscamos, se volvieran un
compromiso.

Tiempo después lo volví a encontrar. Ya es tiempo que ingreses a
enseñar en nuestros claustros, me decía. Todavía debo prepararme más,
le respondí. Y observé, por primera vez, que alguna cuestión interior
estaba mellando su salud. Entonces pensaba que los grandes maestros
deberían permanecer invulnerables en una especie de cápsula
protectora, como una perla en su concha, los grandes maestros no
deberían enfermarse nunca.

Afortunadamente superó ese episodio y ahora tengo el gusto de volver a
leerlo por lo menos de manera virtual en

Gracias, maestro, Gabel Sotil, por tantos legados a la educación amazónica.


AGRADECIMIENTO

Estimada Ana Luisa:


Quiero expresarte  mi profundo agradecimiento por tus palabras  en el artículo que me dedicas. Tú bien sabes que hace muchos años (desde que llegué a esta región) abracé la causa de la Amazonía y he venido luchando  para hacer que ella sea tomada en cuenta como parte consustancial al Perú. Marginal como es hoy, aprovechada sólo para fines mercantilistas, considerada aún sólo como territorio de conquista, he aprendido a sentir dolor por ella; razones por las que vengo haciendo todos los esfuerzos que me son posibles  para que se superen dichas situaciones. Siempre consideré que el campo estratégico para concretar dichos logros es la educación. De allí que haya centrado mi acción en la lucha por una educación que responda a nuestra esencia regional, que sólo nosotros  quienes vivimos en ella, conocemos.

Por todo ello es que considero que el nuevo magisterio loretano está llamado a desempeñar este rol trascendente, en donde tú y muchos otros egresados, de quienes tuve el honor de ser su profesor, deben consolidar la lucha contra el centralismo pedagógico, cultural, político y administrativo. 

Te felicito por los esfuerzos que vienes haciendo con los maestros de tu generación para asumir una actitud crítica, reflexiva y de compromiso con nuestra Amazonía.

Gracias, nuevamente, Ana Luisa
Prof. Gabel 


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