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Iquitos, Loreto/Maynas , Peru
- Nací en el departamento Ica, Provincia Palpa, Distrito Río Grande, Caserío "San Jacinto", 1941. Egresado de la UNM "SAN MARCOS", Facultad Educación, especialidad de Filosofía y Ciencias Sociales, Docente Facultad Ciencias de la Educación y Humanidades-UNAP. Colaboro en: - Diversas revistas que se publican en Iquitos DISTINCIONES •PALMAS MAGISTERIALES, Grado de Maestro •PREMIO NACIONAL DE EDUCACIÓN “HORACIO”, 1991, Derrama Magisterial. •PREMIO NACIONAL EDUCACIÓN, “HORACIO”, 1992, Reconocimiento Especial •DIPLOMA RECONOCIMIENTO DE LABOR POR PUEBLOS INDÍGENAS- AIDESEP •PREMIO NACIONAL I CONCURSO NACIONAL LIT. INFANTIL, ÁREA EXPR. POÉTICAS, MED •RECONOCIMIENTO MÉRITO A LA EXCELENCIA Y PRODUCCIÓN INTELECTUAL -UNAP. . Reconocimiento con la distinción "LA PERLITA DE IQUITOS", UNAP (2015), Reconocimiento por SEMANA DEL BOSQUE, Sub-Ger. Prom. Cultural, GORE LORETO., Condecorado con orden "CABALLERO DEL AMAZONAS" por el GORE LORETO (06.07.16), condecorado con la orden "FRANCISCO IZQUIERDO RÍOS", Moyobamba, San Martín (24-09-2016). Palmas Magisteriales en grado AMAUTA (06-07-17) MINEDU. DIPLOMA DE HONOR, por Congreso de la República. 21-03-2019

martes, 8 de mayo de 2007

UN GRAN CENTRO ECOLÓGICO Y CULTURAL

Gabel D. Sotil García

Quiero unir mi voz a las de aquellas personas e instituciones que vienen planteando la necesidad de destinar el espacio que dejaría el actual cuartel militar “A. Vargas Guerra”, al trasladarse a una nueva ubicación, a un gran parque que brinde múltiples servicios de carácter cultural, turístico, educacional, ecológico, etc. a esta indeteniblemente creciente ciudad, que viene empeñándose en renegar cada vez más de sus orígenes forestales.

En artículo que publicáramos tiempo atrás bajo el título “¿Iquitos, hacia dónde vas?”, en este mismo semanario, expresábamos: “Iquitos, así lo sentimos, viene asumiendo su autoconstrucción como ciudad tomando referentes exógenos, guiada por moldes percibidos como superiores por el hecho de no portar mensajes de los pueblos originarios de esta región; olvidando, por cierto que en nuestro entorno ecológico y sociocultural disponemos de suficientes elementos inspiradores para construirnos en forma más coherente con nuestra heredad espiritual y ecológica”.

Lo cual consideramos nada inteligente, pues si tenemos la enorme ventaja comparativa de estar en un “mundo exótico”, que es foco de atracción turística por sí solo, lo natural e inteligente sería profundizar nuestro exotismo construyéndonos como una “ciudad diferente”, con su propia personalidad, con su propio y peculiar mensaje para quienes vienen a vernos y para orgullo nuestro. No querer construirnos como otra ciudad más, sin originalidad, sin personalidad propia. No una ciudad copia”.

Ello explica que hoy Iquitos ciudad carezca de espacios en los que podamos enaltecer, fortalecer y disfrutar de las manifestaciones de nuestra diversidad cultural, de nuestra forestalidad, de nuestra predominante naturalidad.

Nuestra propuesta es que debemos construir un Centro Ecológico y Cultural, destinado a brindarnos servicios:

◦ De recreación y turismo, tanto para nosotros como para los visitantes nacionales y extranjeros, que quieren disfrutar de la belleza paisajística, conocer nuestras manifestaciones culturales, así como nuestra historia regional y nuestros aportes a la cultura universal: artísticas, lingüísticas, instrumentales, lúdicas, etc. En su función recreativa servirá como lugar de esparcimiento donde la comunidad local y turística puedan concurrir para recrearse practicando actividades deportivas, recreacionales, festivas, etc.

◦ Ambientales: producción de oxígeno, amortiguamiento de las altas temperaturas generadas por el cemento y la circulación de vehículos, así como la absorción del monóxido de carbono, y otros gases nocivos para la salud social, etc.

◦ Educativos, pues podríamos transformarlo en un escenario excepcional para el conocimiento de nuestra biodiversidad y de las manifestaciones culturales que conforman nuestra riqueza espiritual. Tendríamos en este centro el laboratorio más cercano, vívido para la educación de las nuevas generaciones, pues serviría para realizar actividades de observaciones de la naturaleza, caminatas ecológicas (de disfrute de la naturaleza) por parte de los profesores/as con sus alumnos/as y de la colectividad misma.

◦ Servicios académicos en ambientes especiales que debemos crear para actividades tales como seminarios, convenciones, congresos, exposiciones, lectura, etc. para las cuales la ciudad no cuenta con lugares adecuados.

◦ De preservación de especies biológicas (florísticas y faunísticas) conformantes de nuestra diversidad.

◦ De investigación científica en la gama que ofrece la diversidad de nuestros recursos en los campos natural y social.

◦ De conocimiento de los recursos naturales: alimenticios, de intercambio, medicinales, industriales, ornamentales, etc.

Como muy bien dice el Colegio de Ingenieros de Loreto: “No desperdiciemos, por afanes subalternos e inmediatistas, esta gran oportunidad de dejar un legado vital a las generaciones venideras y futuras, diseñando una ciudad que sea económica y ecológicamente sostenible…”, en comunicado de reciente publicación, en este mismo semanario.

Por lo tanto, un centro como el que acabamos de describir tendría otro valor ecológico: factor de prevención y protección para esta urbe que, indudablemente, va a seguir creciendo, hacinándose y llenándose de cemento, si es que no cambian los actuales paradigmas de quienes toman las decisiones en materia social.

Por otra parte, hasta hoy, Iquitos no ha sabido honrar sus orígenes ni su esencia sociocultural y ecológica. No hemos sabido dedicar, con la debida prestancia, una calle, un monumento, una plaza, etc. al Amazonas o al Paranaguasú, como lo llamaba la Gran Nación Omagua. No tenemos un escenario donde podamos contemplarnos construyendo nuestra historia, donde nos veamos como protagonistas sociales de un devenir nacido de nuestro propio ser cultural.

Hacemos nuestra vida cotidiana alejados del contacto con la naturaleza y hemos olvidado cómo debe ser tratada, pues hoy día las relaciones que establecemos con ella constituyen verdaderas agresiones a su paz, a su belleza, a su diversidad, a su armonía, a su integridad, a su pervivencia, etc. Tampoco contamos con un escenario donde nos percibamos como los creadores de la riquísima cultura que poseemos, donde vivamos el orgullo de ser protagonistas de una hermosa y valiosa tradición cultural, toda ella original, sin copia, sin imitaciones.
Por todo lo dicho, considero una obligación moral, de compromiso con nosotros mismos, el transformar, cuando la oportunidad se presente, al que es hoy el Campamento “Alfredo Vargas Guerra” en un hermoso centro o parque, como lo ha denominado el periodista e historiador Luis Tafur Rengifo, en el cual se exprese, dinamice y proyecte nuestra esencia cultural de raigambre forestal, donde reivindiquemos nuestros orígenes, valoremos nuestro presente y construyamos nuestro futuro.

Artículo publicado en semanario KANATARI, 06 – 05 -07


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