REFLEXIONES DE FIN DE AÑO
NECESIDAD DE UNA NUEVA
ESCUELA (*)
Prof. Gabel Daniel Sotil García
Requerimos una escuela que nos enseñe a amar a esta hermosa región y a usar racionalmente sus recursos. |
Comprendemos lo difícil, y hasta
doloroso, que es dejar de pensar en una Escuela como la actual y, más aún,
aceptar sus deficiencias. Acostumbrados como estamos a no dudar de la cultura
oficial y dominante, no creemos que seamos capaces de inventar algo mejor. Nos
parece que todo lo que hagamos por nuestra cuenta, no tiene ningún valor. Que
todo lo que creemos nosotros será siempre inferior.
El fondo de la cuestión es que no
tenemos confianza en nuestra creatividad. Como no se nos ha enseñado a crear
sino a imitar o hacer lo que se nos diga, hoy
desconfiamos de que podamos crear. No
creemos que seamos capaces de crear. Más fácil nos es aceptar lo que nos
viene hecho.
Si hoy no creemos que somos capaces
de crear una Escuela diferente es, sencilla y llanamente, porque hemos sido
condicionados socialmente para no pensar en otra Escuela que no sea ésta, con
todas sus deficiencias que, quizá, ni las vemos.
Esta forma de pensar, que está pasando peligrosamente a constituir nuestra forma de ser, tiene, precisamente,
entre otros agentes condicionantes a la Escuela actual. Es ésta, con su
eficacia destructora de todo lo que sea iniciativa, creatividad, imaginación,
la que nos ha enseñado a convencernos de que debemos imitar o comprar, tanto
productos materiales como conceptuales. Es decir, bienes económicos y cultura
en general. Comprar cultura antes que inventar cultura. Consumir antes que
producir parece ser nuestro lema orientador.
La escuela debe formarnos en la plena confianza de nuestras potencialidades creativas |
Ello explica que los grandes núcleos
poblacionales en plena selva sean los lugares en donde la actitud consumista
de bienes, valores, actitudes, conocimientos, conceptos, etc. es la que
predomine. La compra y la imitación son
las actitudes predominantes. Comprar e imitar es lo que vale en estos
lugares. Lentamente estamos siendo absorbidos por el circuito de consumo.
Estamos cayendo, o ya hemos caído, en las redes del mercantilismo cultural.
Lentamente estamos siendo convencidos de que debemos aceptar nuestro rol consumista.
El rol creador se lo dejamos para los de
afuera.
Nos gusta lo que nos dicen que debe gustarnos. Creemos lo que nos
dicen que debemos creer. Nos divertimos como nos dicen que debemos divertirnos.
Nos vestimos como dicen que debemos vestirnos. Usamos lo que nos dicen que
debemos usar. Pensamos lo que nos dicen que debemos pensar. En fin, andamos
por donde y hacia donde nos dicen que vayamos.
Estamos despersonalizándonos de tal
manera que ya no somos nosotros mismos. Estamos perdiendo nuestra personalidad
cultural.
Y es esto, precisamente, lo que hace
más necesario que, en un esfuerzo de creatividad colectiva, demos a luz un
nuevo tipo de Escuela en la que aprendamos socialmente que el mundo debemos mirarlo
desde nuestra perspectiva selvática, a afrontar nuestros problemas desde
nuestra interioridad amazónica, para encontrarles soluciones propias,
coherentes.
Requerimos una Escuela en la cual se
desmonte la actitud imitadora que nos está llevando a nuestra despersonalización
cultural y se incentive la creatividad, la actitud creadora en nuestros niños y
jóvenes, que los capacite para la búsqueda de soluciones propias en el marco de
nuestra propia ruta cultural, que consolide nuestra identidad cultural. El ser nosotros mismos.
Una Escuela que ponga las bases de nuestra propia modernidad, en la cual se
encuentre presente, en lugar protagónico, el complejo cultural nativo, caracterizado, precisamente, por la
intensa acción creadora, desplegada por nuestros Pueblos Indígenas, ignorados
hoy, extraoficiales en la dinámica regional, cuya creatividad ha hecho
posible el encuentro de soluciones propias y apropiadas a su contexto físico -
cultural.
La relación inteligente y respetuosa con nuestro entorno debe ser incentivada en la acción educativa. |
Finalmente, diremos que tal y como vienen sucediendo las cosas, dos serán las víctimas de la actual dinámica social: la cultura nativa y el bosque. Es decir, las dos más grandes riquezas de nuestra región.
Obsesionados como estamos en la
adopción total e irreflexiva del modelo cultural que viene evidenciando un
carácter depredante de nuestro patrimonio ecológico y cultural, hemos condenado
a muerte a lo que constituye nuestro entorno físico y nuestra herencia
espiritual.
La Escuela actual no tiene idoneidad
funcional y menos teleológica para erigirse en defensora de dicho patrimonio.
Incentivadora del facilismo a través de la memorización y la imitación, viene
generando también una actitud sensualista entre las nuevas generaciones,
actitud que se expresa en el "hacer lo que nos gusta", aunque ello no
sirva o vaya en contra del interés social.
Complementándose perfectamente con
los medios de comunicación social y el efecto mostrativo del comportamiento
de quienes tienen un rol referencial en nuestra sociedad (líderes políticos,
autoridades, funcionarios, dirigentes, etc.) viene induciendo la superficialidad,
la intrascendencia, el solipsismo y, por lo tanto, no garantiza la ruptura del
círculo formado por una serie de factores concatenados en secuencia de
causalidad circular que tiene que ser roto en alguno de sus eslabones para que
nos posibilite avizorar una superación de nuestra actual situación.
El fortalecimiento de nuestras identidades culturales debe ser uno de los propósitos de la escuela. |
Nuestra propuesta es que ese eslabón
tiene que ser la Escuela. Transformando o reemplazando a la Escuela actual por
una nueva, podremos irradiar desde ella nuevas actitudes para la niñez y la
juventud regionales, juventud ésta que hoy termina sus estudios secundarios
mirando ilusoriamente a la Universidad o constatando trágicamente su
incapacidad para actuar productivamente en su sociedad o con impulsos incontrolados
para irse de la Región o, simplemente, para incorporarse al contingente de los
solipsistas, es decir, de aquéllos que viven para sí mismos, que son los que
creen que han nacido para vivir su vida y punto.
Una nueva Escuela para la Selva deberá superar el etnocentrismo del cual es agente portador la actual, para que, en consonancia con nuestra pluriculturalidad regional ella sea agente de interculturalidad. En donde capacitemos integralmente a las nuevas generaciones para superar nuestra actual situación desde la perspectiva del respeto cultural. Dirigida explícitamente al desmontaje del hegemonismo de la cultura mestiza, hegemonismo cultural con raíces ideopolíticas.
Una nueva Escuela para la Selva deberá superar el etnocentrismo del cual es agente portador la actual, para que, en consonancia con nuestra pluriculturalidad regional ella sea agente de interculturalidad. En donde capacitemos integralmente a las nuevas generaciones para superar nuestra actual situación desde la perspectiva del respeto cultural. Dirigida explícitamente al desmontaje del hegemonismo de la cultura mestiza, hegemonismo cultural con raíces ideopolíticas.
Enseñarnos a vivir en armonía con nuestro entorno, incentivando nuestra creatividad debe ser labor cotidiana de la escuela en nuestra amazonía. |
Esta
nueva Escuela deberá cultivar nuevos valores, brindar vivencias valorativas
superiores, practicar la trascendencia individual, generar un auténtico amor
por nuestra Patria, sentimiento que sólo se construirá a partir de un afecto
por las realidades vivenciales de cada niño y joven y no por el afecto a
abstractos intangibles para la experiencia de los educandos de nuestras
Comunidades. El auténtico amor al País nace con el amor al caserío, al pueblo,
a la comunidad que constituyen el universo existencial primario de nuestros
niños. Y es a partir de este amor por su propia comunidad que cada futuro
ciudadano encontrará los motivos y las razones determinantes para comprometerse
en la lucha por mejorar sus condiciones de vida.
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