Prof. Gabel Daniel Sotil García
El RETORNO DE LAS AGUAS
En diciembre los ríos
y las cochas han iniciado ya el ascenso de sus aguas y pronto se mostrarán
pletóricos de mensajes de esperanza y alegría
a nuestro espíritu.
Como si la naturaleza
recobrara nuevos bríos, las lluvias nos regalan su frescura, cayendo insistentes
sobre el bosque, de cuya oscura
intimidad emerge una melodía sublime
y misteriosa que nace en el concierto
canoro de chicharras, grillos, hualos y aves que han hecho de su canto la ofrenda más grandiosa a
la vida.
Intimidad de donde,
también, emerge la fragancia deliciosa y cautivante que la zangapilla esparce en el matorral.
Por los ríos siguen
bajando pausadamente troncos, ramas, palizadas y gramalotes cual si fueran islas que
flotan a la deriva, jugueteando con el tiempo, el agua y el verdor.
Y la lupuna, altiva vigilante de las riberas,
observa atenta el paso de las balsas milenarias y bucólicas, bajando lentamente
impulsadas por el fluir parsimonioso de las aguas que se deslizan cariñosas,
besando apasionadas las playas y los cantos a los que jamás regresarán.
Por ello es que
diciembre algunas veces tiene el sabor a tierra sedienta que se baña abrazada
por la lluvia; otras, a la tristeza de un amanecer en soledad y el misterio de
noches tintineantes o con truenos que se expanden en la sidérea inmensidad.
Las playas sofocadas
y sedientas por el sopor, comienzan lenta y sensualmente a sumergirse para
recibir aguas más frescas y los nutrientes que se han de transformar en frutos
la próxima temporada.
La gamitana, el sábalo, el boquichico, el yaraquí han cumplido ya el rito del desove.
Y los lagartos, boas
y charapas mashean en las riberas,
entregados al disfrute sensual de los fuertes rayos solares.
Empieza la expansión
hídrica en este mundo forestal.
Los peces se
alborotan en el reencuentro con sus lugares de origen, en donde engordarán nuevamente,
dando inicio a un nuevo ciclo de vida natural.
Así es nuestra
región.
Así es la región OMAGUA.
Y así
debemos conservarla para que las futuras generaciones también la conozcan y como
nosotros hoy, se deleiten mañana con sus bellezas y se sientan orgullosas de
ser nuestras descendientes.
Tomado de: "OMAGUA, CANTO AL REINO DE LAS AGUAS Y LOS ÁRBOLES", del autor.
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