El ambiente comunal ha merecido un especial cuidado por los Pueblos Indígenas |
Según
las teorías vigentes para tratar de explicar el proceso de poblamiento de
nuestro país, éste sería el producto de sucesivas oleadas de cazadores y recolectores nómadas que habrían
entrado a lo que hoy es nuestro espacio territorial entre diez mil y veinte mil
años antes de la era cristiana, procedentes del norte de nuestro continente.
Aun cuando, nuevos hallazgos hacen retroceder algunos mil de años dicho
ingreso. Es muy probable que este ingreso se haya efectuado por diversas rutas
de la selva, para ascender a los Andes y
luego a la costa o por la franja oriental de los Andes.
Habiendo encontrado un ambiente
propicio y luego de un lento y largo proceso de aclimatación, estos pueblos
primigenios fueron asentándose en áreas cada vez más restringidas hasta
determinar un territorio dentro del cual encontraban todo lo que necesitaban
para su subsistencia. Determinaron, así, su ambiente dentro del cual harían su
vida como pueblos. Interactuando con él, empezaron a domesticar las primeras
especies animales y vegetales (pavo, yuca, maíz, palta, piña, cocona, plátano,
etc.), luego vendría la alfarería, las primeras formas de agricultura, crianza
en cautiverio (charapas), etc.
Se sabe que Arawacs, Pano-Caribes,
Chibchas, Tupí-Guaraníes, etc., las hordas iniciales, se dispersaron en amplios
territorios, dividiéndose en tribus que poco a poco se fueron diferenciando en
idiomas, costumbres, arte, mitos, leyendas, religión, etc. hasta alcanzar su
propia manera de actuar dentro de su ambiente.
La ubicua presencia de la canoa expresa una intensa relación del pueblo con ríos y cochas. |
Cuando en 1542, Dn. Francisco de
Orellana inicia el contacto oficial de las etnias amazónicas con la cultura
europea, mediante el llamado descubrimiento del río que hoy conocemos como Amazonas( pero que en esa época era
ya conocido como Paranaguasú por los Tupí Guaraníes), estas etnias, que eran mucho
más numerosas que las que hoy existen, ya tenían un largo historial de vida,
literalmente milenario, en un íntimo contacto con la naturaleza: nuestro Bosque
Húmedo Tropical, dentro del cual habían aprendido a desenvolver su vida con
plena armonía creadora, que les permitió dar origen a un conjunto de culturas
diversas entre sí pero con denominadores comunes, fundamentalmente en lo que
respecta a su relación con el bosque, es decir, su ambiente.
Profesor indígena en clase con niños Shawis, educando en sus valores de respeto al bosque. |
Hasta ese entonces, los pueblos
amazónicos tenían acumulado un larguísimo historial de trato con el bosque, que
les había permitido el aprendizaje de comportamientos sociales adecuados a las
características del mismo, de tal manera que sus efectos sobre el bosque mismo
no eran mayormente negativos. Conocimientos sobre el suelo, sobre las propiedades
de las plantas (alimenticias, medicinales, ornamentales, etc.), el régimen de
las aguas, sistemas de rozo y recuperación de los suelos, policultivos, empurmado,
uso de bajiales, técnicas de caza (uso de diversas trampas, harpones, flechas)
y pesca, etc., constituían todo un bagaje de sapiencia social acumulada en el
trato directo con el bosque, a tal punto que los efectos depredatorios
naturales de la acción humana sobre su entorno, eran relativamente mínimos. A
ello se agregaba la creación de todo un conjunto de mitos, leyendas, creencias,
costumbres, valores, etc. que conformaban un todo coherente dentro de lo que
podría llamarse una cultura forestal.
Pareja de miembros de la etnia Achuar, Prov. Datem del Marañón. Son la garantía de la reserva de una armónica relación con el ambiente. |
Es dentro de este marco de las
culturas forestales, proveedoras de comportamientos respetuosos del entorno
inmediato, que las nuevas generaciones
aprendían a actuar causando el menor daño posible a su ambiente, aprendizaje que lo hacían en la
actuación comunal cotidiana, por efecto demostrativo de todos y cada uno de los
adultos. Por ello, la gran eficacia en la transmisión del equipamiento
axiológico - actitudinal hacia las nuevas generaciones, con lo cual se
aseguraba la conservación del bosque como escenario existencial por los mínimos
efectos depredatorios sobre el ambiente.
Será la introducción de
comportamientos ajenos a este ambiente
la que causaría las depredaciones, iniciadas desde el momento mismo en
que el conquistador europeo impuso su cultura, a tal punto que en los momentos actuales son grandes las
extensiones de bosque que desaparecen anualmente y, con ello, la erosión del
suelo, la contaminación de las aguas (ríos, quebradas y cochas), la extinción
de especies faunísticas (ornitológicas, piscícolas, entomológicas, etc.) y
florísticas por la sobre-explotación selectiva de la que son objeto.
Se hace necesario, entonces, que en la cultura mestiza aprendamos de los Pueblos Indígenas a establecer esa relación respetuosa que establecieron con su ambiente.
Nota: Fotos proporcionadas por el Prof. Julio Abel Trigoso,
San Lorenzo, Datem del Marañón
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